Adiós mi cielo azul.

¿Habrá sido mi error el poner un punto y aparte?,
sin darme cuenta dar un gran espacio, un interlineado más largo del
ya establecido a esta la cual yo considero nuestra historia.

No cabe duda que todos nuestros actos tiene un efecto.
Veo tu espalda en este momento, pero por alguna razón
no rastros de luz de las alas que llegue a ponerte.

Se acabó la magia, se apaga la flama.
¿Sera que dentro de unos meses empezamos con una nueva vela?
¿Sera que vienes con leña?,
¿sera que regreso con las ganas de arder?

Nos vemos.
Hasta luego.
Hasta pronto.

Un punto y aparte en todos los lenguajes
que se me pueden venir a la cabeza.
¿Se nota mucho que no quiero descontinuar
esta historia?

Me has dado tanto de donde agarrar.
Una tormenta viniendo a detener todo aquello
que por lapsos más largos necesita de tu atención.

Vámonos,
nos vemos.

– Gabriela.

30 minutos.

30 minutos.

El tiempo se me termina,
el tiempo que tengo de disfrutarte como paisaje.

27 minutes.

Primer contacto visual,
mi corazón saltándose uno que otro latido.
¿Mirarte o no mirarte?, he ahí el reto,
sonreír o morderme el labio, he ahí el momento en que pierdo el control.

26 minutos.

Haciendo tiempo, evitando el mirarte mientras trato
de conectarme a través del alma.
Es que me verás como loca si te miro a cada minuto.

24 minutos.

Si supieras que te escribo…
Si supieras que tu existencia vino a darle un nuevo giro
a alguien más de tu especie.
Si supieras que me tiemblan las manos
al tratar de concentrarme, escribir y reflejar todo lo
que revolotea dentro mio.

23 minutos.

Verte no verte,
verte no verte,
Verte.

21 minutos.

Tu perfil, así de molde.
No sé que molde, supongo que uno que
en otra vida sería el que se ha diseñado
como el ideal.

20 minutos.

Al parecer venir tanto me ha hecho
intolerante al café.
Un americano y estoy bostezando.

19 minutos.

¿Una mirada de reflejo?
Así como cuando las almas se cruzan.
Ya escribo sin sentido.
Esto de escribir sin procesar lo que estoy
sintiendo me está afectando, o quizás sí hay reacción al café.

16 minutos.

Regreso a la inspiración.
El timbre del teléfono me vino
a llamar a la realidad hace un momento.

15 minutos

Estás más cerca, por que vienes y
me lo dificultas.
5 pasos,
la mesa de enfrente,
la mesa de a lado,
la mesa del otro lado.
¡Tu espalda, las alas, el caminar!
Vienes a dar impulso justo a la mitad de lo que
espero dure este escrito.

12 minutos.

Ya no quiero terminar este escrito,
quiero verte.
Pero no puedo más que tomar el vaso de café en mis manos.

10 minutos.

Que relativo es el tiempo.
20 minutos han pasado como 5.
¿Será que hago que el tiempo que me queda
se extienda? así, a mente y a corazón

7 minutos.

“People fall in love in mysterious ways“,
Thinking out loud se ha vuelto la canción de
fondo en este escrito.

6 minutos.

Otro salto en mí palpitar.
Tu sonrisa. No la linda, pero la coqueta.
Para mí y para aquel que llegue a leer esto, sabrá
que hay una diferencia.

4 minutos.

Se me acaba el tiempo de enfocarme todo el tiempo en
ti, los siguientes 30 minutos espero corran por tu cuenta.

3 minutos.

Verte, no verte.
Sonreír o pretender que esto
no está pasando.
Que mi alma no está en medio de
un incendio.

2 minutos.

Las alas, como que se extienden,
Como que te me vas.
Como que no me alcanzan las letras.
Como que este idioma no me es suficiente.

1 minuto.

Se acabó. He derramado 30 minutos.
Mi interior ha vibrado durante 30 minutos.
Me has mandado a otra realidad
durante un largo tiempo.

… verte, no verte.

– Gabriela.

Desvanecimiento.

Empiezo a odiar el paso del tiempo,

a frustrarme el cambio de las páginas del calendario.

Tuvimos tan poco tiempo para encontrarnos,

descubrirnos y disfrutar el estar juntos,

o bueno, mejor dicho, yo disfrutar de tu presencia.

Empiezo a olvidar detalles, me da miedo

ya no poder sonreír al recordarte.

Me viene a la mente la lluvia, la nieve,

el frió y los colores de otoño.

Una vez mas el tic tac viene a demandar

la creación de nuevos recuerdos,

a amenazar tu bella existencia

dentro de mi conciencia.

No quiero olvidarte, no quiero

quedarme sin aquel otoño o aquel

momento cálido a finales de diciembre.

Gabriela.